14 de agosto de 2009

¿Viva el detergente?

Que el discurso feminista de 1960 es algo anacrónico es algo que comparto totalmente. Es incluso gracioso cuando se forman discusiones en torno a este punto y nadie nota lo obsoleto del tema. Sin embargo, hay varios ámbitos donde aún existen discriminaciones o diferencias de género. Mi intención no es hablar de todos, sino de uno en específico: la publicidad.
Siempre me fijo mucho en los comerciales, dentro de los cuales están esos que logran hacerme pelear con la tele como si fuera loca. No hice un recuento de los comerciales machistas y old-fashioned, pero definitivamente se llevan el premio los de productos de limpieza, siendo el peor de todos aquel donde aparece el famoso “Mr. Músculo”. Lo encuentro insólito, porque a ojos de aquel publicista (espero que no haya estudiado cinco años para eso, de lo contrario que le devuelvan la plata) las mujeres tendríamos fantasías sexuales con un hombre que nos facilite la limpieza. Simplemente es absurdo, es decir que de figuras como Batman, Iron Man o Wolverine (superhéroes sexy según breve encuesta) habríamos pasado a soñar con un hombre feo que simplemente tiene el poder de quitar la grasa de nuestros baños. ¿Qué diferencia existe entre la publicidad de limpieza actual y la de 1960? Creo que ninguna, salvo cosas obvias que tienen que ver con la forma, pero el fondo sigue siendo el mismo: mujeres felices gracias al producto.
No soy feminista, vuelvo al comienzo: el discurso feminista es anacrónico, pero la publicidad actual también lo es. No me gustaría encabezar movimientos feministas ni nada por el estilo, solo busco publicidad decente y actualizada (los hombres también lavan platos y limpian baños).