17 de octubre de 2010

Beethoven era mejor

Te despiertas un día de fin de semana, el día está lindo y quieres bajar un disco que hace tiempo no escuchas. Sin embargo, te encuentras con la sorpresa de que no tienes internet (y la solución escapa de tus manos). En mi caso, el responsable es VTR. Después de varios intentos te contestan y te dicen que te van a dejar en espera. Hasta ahí estaba todo bien, pero de repente suena un metalófono, y sigue esta canción:


Como en VTR el tiempo de espera puede ser eterno, alcanzas a llegar a los dos minutos de canción, que es cuando la cosa se agrava: se incorporan las felices voces de niños. Después de 20 minutos de espera con ese desagradable tarareo, te contestan y te dicen que en la semana va a ir un técnico en un rango de 3 a 5 horas. Con o sin manos libres, la canción termina siendo desagradable. Prefiero volver a los viejos tiempos, donde la espera era con "Fur elise" (en la clásica versión para citófono) como canción de fondo.
Lo que acabo de contar es una historia real, pero cuya víctima fue otra persona.

8 de octubre de 2010

Abrazos Gratis

Hace unos años en Providencia había un tipo con un letrero que decía "ABRAZOS GRATIS".

Al principio nos fijamos que nadie lo abrazaba, por lo que le propuse a mi hermana ir a abrazarlo. Las dos le dimos el respectivo abrazo y, a cambio, recibimos un amable "que les vaya bien". El resto de la gente se reía, pero sin acercarse para darle uno de sus abrazos sin costo. Lo primero que se puede pensar, es que se trata de una evidencia más sobre lo reservados (¿o fomes?) que somos los chilenos, entre una serie de conclusiones de esas que escuchamos siempre.

Sin embargo, saliendo de las miradas “a priori”, pienso que la cosa va por otro lado. Se me ocurre que probablemente la gente no lo abraza por una razón mucho más simple: no lo hacen porque saben ningún abrazo, en ninguna parte, tiene precio. Suena cursi, pero quiero decir que en realidad nunca hay que pagar para recibirlos.

Por eso, prefiero pensar que la gente tiene eso en cuenta antes de creer que nadie quiere un abrazo y un saludo cariñoso. La gente no puede ser tan aburrida.