10 de julio de 2008

Habemus Disney

Siempre he sido fanática de Disney. Yo creo que se debe a los siete años que viví en Punta Arenas, donde, además de salir a la nieve en invierno y conocer Torres del Paine, no hay mucho que hacer. Mi vida de niña era ver muchas películas, jugar y luego seguir viendo películas. La Sirenita, Aladín, El Rey León y la Bella y la Bestia eran mis favoritas. Después crecí y mis gustos se modificaron un poco, ahora prefiero (y amo) películas como: Mary Poppins, Alicia en el país de las maravillas y La espada en la piedra. A pesar de mi amor por esas películas, hace tiempo no veía una que me interesara. Pensaba que Disney (“mi amado Disney”) se encontraba en una especie de decadencia, por películas que no me tientan para nada, como Pocahontas II, La Cenicienta II, Mulán II, Las Locuras del Emperador II y Los Invencibles (incluso no me habría sorprendido que se estuviera preparando el posible estreno de “Los Invencibles II”).
Pero el domingo fui al cine a ver Wall-E, la nueva película. La trama es simple: ambientada en el futuro, el planeta tierra ha sido abandonado por los hombres producto de la cantidad de contaminación que al parecer haría la vida poco sostenible.
Dentro del planeta queda Wall-E, el robot encargado de la limpieza, como único habitante del planeta junto a su mascota (un grillo, creo). Durante los primeros 40 minutos de la película no hay conversación, y justamente son los minutos más lindos de toda la película; realmente es hermosa la vida de Wall-E: un robot ordenado, que colecciona objetos curiosos (me recuerda a La Sirenita), y que vive una vida tranquila y ordenada, pero que en ningún caso la calificaría como triste y aburrida. No sé si es porque soy demasiado sensible pero casi lloro, lo curioso es que no fue al final sino al principio, porque lo que muestran de su vida es simplemente hermoso (aunque quizás un poco incompleta por la “falta de amors”, ya saben “all you need is love”, etc).
Además de las partes “lindas” está ese humor un poco irónico propio de estas películas, con mensajes como el anuncio de “Centro Comercial: MUY PRONTO” en la luna (junto a la bandera de Estados Unidos flameando), que alude al monopolio de la empresa “Buy n’ large” que termina imponiendo la forma de vestir, comer (en general de vivir) de las personas, mostrando lo aterrador que podría ser un futuro así.
Otro de los elementos positivos es que se trata de una película del futuro, pero que cuando la vi no sentía que estaba viendo Star Wars, a lo más me paso una vez, que es cuando muestran al crucero del espacio. No tengo nada contra Star Wars de hecho me gustaba mucho hace (mucho) tiempo.
A medida que avanza la película aparece “Eva” y se pone un poco más cursi la película, van pasando cosas graciosas, los robots se enamoran, entre otras cosas clásicas de las películas para niños, y que aunque sean escenas “cliché” me agradan.
El final también fue de mi agrado, sobre todo porque tiene un contenido ecológico que puede aportar para fines pedagógicos, hay que ahorrar energía y gracias a películas los niños pueden aprender de forma significativa y todas esas cosas que diría Linda Darling para su colegio perfecto.
Por otro lado, lo bueno no dura hasta el fin de la película, a continuación siguen los créditos, de una forma muy original: hicieron una animación basada lo que sería la “nueva historia del arte” (que imita al desarrollo histórico que ya conocemos) tras la nueva vida del hombre en el planeta. En esa parte estaba emocionada, mi mamá también (aunque un poco enojadas por el gordito de adelante que no nos dejaba ver mientras se ponía su chaqueta).
También debo nombrar la increíble animación previa, las que siempre hace Pixar y resultan totalmente “adorables” y graciosas.
No crean que si lloraron con E.T. o porque yo casi lloro van a llorar ahora, no necesariamente es una película para sentir pena. Creo que lleva la esencia de las películas algo recientes que me han gustado de Disney, que es el dilema de su clasificación, porque no son ni drama ni comedia: sino lo uno y lo otro a la vez.

El video de la canción (de la película) que me hizo feliz: Put on your sunday clothes (Hello Dolly, ¿se acuerdan?)




1 comentario:

Profe José dijo...

esos no son una animación que pasan el algún canal infantil del cable??? (estoy seguro de haber visto al trencito sonriente en alguna parte...)


Bueno, a mi me gusta una animación de Pixar en que un viejito juego al ajedrez con sí mismo, asumiendo dos diferentes personalidades mientras juega... creo que está antes de Toy Story, aunque no estoy seguro...

me tinca Wall-e... aunque no iría a verla al cine, me contentaré con encontrarmela alguna vez en el cable

Saludos!

(lo mejor de Hello Dolly es la aparición de Satchmo, cuando la Streisand va cantando en ese restaurant donde todos la adoran...)